Diferencias entre una piscina desmontable de acero y una de plástico
Las piscinas desmontables son la opción ideal para aquellos bañistas que sueñan con tener una piscina a pesar de contar con escaso espacio. Lo bueno de estas estructuras movibles es que permiten almacenarse, montarse y desmontarse con facilidad.
A continuación, comparamos las piscinas desmontables de plástico y de acero para que si te interesa adquirir una sepas cuál se adapta mejor a tus necesidades.
Características de las piscinas desmontables de plástico
Por lo general, las piscinas desmontables de plástico suelen ser la primera opción para todos aquellos bañistas que no quieren gastarse demasiado presupuesto.
Estas piscinas, también conocidas como piscinas tubulares, cuentan con un diseño simple, pues están construidas únicamente con plástico PVC y, por tanto, el liner no está cubierto en la parte exterior y puede apreciarse desde todos sus ángulos.
El inconveniente de este grupo de piscinas de plástico es que, al no tener ningún tipo de recubrimiento sólido, son más susceptibles a sufrir pinchazos que pueden romper la lona, pero, por contra, cuentan con un montaje mucho más sencillo y se pueden instalar en apenas minutos u horas.
Además de esto, otro beneficio de las piscinas desmontables de plástico es que son de almacenaje más fácil, ya que la lona puede plegarse y guardarse en cualquier espacio y en este caso la falta de recubrimiento no es más que una ventaja.
Características de las piscinas desmontables de acero
En cuanto a las características de las piscinas desmontables de acero, la más básica es que, a diferencia de las de plástico, estas sí cuentan con un recubrimiento en su parte externa que protege la lona interna de la piscina, aumentando su protección y durabilidad.
De este modo, las piscinas de acero casi pueden considerarse una piscina de obra, pero quedando por encima de la línea del suelo.
Sin embargo, aunque una piscina desmontable de acero es mucho más segura, también se considera que tienen una dificultad de instalación mucho más elevada, y lo normal es que una vez que una piscina de acero se monte se quede de forma permanente en el espacio asignado durante un periodo largo, ya que, además, sus materiales ocupan mucho más espacio a la hora de tener que almacenarlos.
Por todo esto, aunque las piscinas desmontables de acero puedan parecer una inversión mucho mayor, no significa que no exista buenas opciones a precios competitivos.
Y es que a la hora de escoger piscinas de acero baratas vale la pena adquirirlas en una tienda especialista líder en la venta de piscinas de acero, pues aunque es posible disfrutar de una piscina asequible, también es importante saber dónde comprarla para evitar que lo barato salga caro.
Diferencias entre piscinas desmontable de acero y de plástico
Si tenemos claro que queremos una piscina desmontable, pero no sabemos bien cuál es mejor opción ni cuáles son las diferencias, las explicamos a continuación.
Aunque puede parecer bastante obvio, quizás la diferencia principal es que las piscinas de plástico desmontables son mucho más endebles y, por tanto, pueden verse dañadas con mucha más facilidad, ya sea por simples condiciones meteorológicas, golpes u otros factores externos.
Por contra, las piscinas desmontables de acero cuentan con una estructura mucho más robusta y resistente. Esto significa que tanto las paredes con paneles de láminas de acero y el resto de materiales que se utilizan para su fabricación son de una calidad mayor, por lo general suelen ser siempre de acero inoxidable para evitar que el agua pueda estropear la piscina y este deterioro pueda hacerse visible contaminar el agua.
Ahora bien, si atendemos al montaje, se estima que el tiempo medio de una piscina de plástico es de apenas minutos u horas mientras que para poder montar una piscina de acero se requerirán al menos un par de días, además de ser esencial contar con al menos varias personas para su montaje y una serie de herramientas básicas.
De este modo, se puede entender que si la idea es desmontar anualmente la piscina para usarla solo en verano, la mejor opción será, sin duda, la piscina de plástico, pues no conviene montar y desmontar una piscina de acero continuamente, ya que se corre el riesgo de perder o estropear sus piezas
Otra diferencia será el precio, aunque como hemos comentado anteriormente es posible adquirir buenas piscinas de acero no demasiado caras.
Sin embargo, más allá de sus materiales, del tiempo de montaje y de su durabilidad, la realidad es que ambas son piscinas desmontables que requieren de los mismos cuidados y mantenimiento.
Por tanto, la decisión de escoger una u otra no dependerá tanto de las características de cada tipo de piscina, sino del trato y del uso que se le quiera dar a esta.
Es importante tener en cuenta ciertos factores como puede ser la presencia de mascotas en la casa, el lugar en el que se va a anclar la piscina, el clima, y el tiempo que se estima de su uso; ya que en función de todo esto la opción a escoger será una u otra.
¿Cuál es la duración media de una piscina desmontable?
La respuesta a esta pregunta depende de diversos factores como, por ejemplo, la exposición que tenga la piscina al sol, a la humedad o al agua de mar.
Esto se debe a que las condiciones meteorológicas adversas perjudican la estructura de la piscina, en especial, el liner, que tiende a resecarse y sobre todo si la piscina se deja montada a la intemperie durante el verano y el invierno.
Por este motivo, también el aguante de la piscina dependerá mucho del país o de la ciudad en la que se viva y de las condiciones climatológicas.
De todas formas, como norma general, se establece que las piscinas de plástico son menos duraderas que las de acero, ya que una piscina de plástico puede aguantar como promedio una duración de 4 a 6 años si goza de buenos cuidados. Por contra, una piscina de acero desmontable puede llegar a durar de 14 a 16 años gracias a la robustez de sus materiales.
Para evitar este desgaste se recomienda dejar la piscina medio llena aunque esta no esté en uso. Conviene que nunca se vacíe del todo en invierno, a menos que se viva en una zona especialmente fría en la que el agua puede congelar las cañerías de la piscina, en cuyo caso sí que se recomienda vaciar los tubos de la depuradora para prevenir una rotura.
También se aconseja que se cubra la piscina con un cobertor de invierno para evitar la sobreexposición al sol. Además de esto conviene cuidar el agua con los componentes químicos necesarios de modo que las tuberías no sufran de corrosión.