Cómo funcionan las máquinas que recompensan por reciclar instaladas por Ecoembes
Imitando a otros países de nuestro entorno como Alemania o Italia, España finalmente tendrá su propio sistema de recompensas por reciclar los residuos de latas y botellas de plástico. Contrastado el éxito que ha tenido su implementación en algunas de las principales capitales europeas, España pasa a la fase final de un proyecto que lleva años en estudio y que ha empezado a ser testado en algunas regiones de Cataluña.
Las tres ‘R’: reciclaje, recompensa y reutilización
En nuestro país la encargada de liderar el proyecto ha sido Ecoembes, organización sin ánimo de lucro, líder en el cuidado y preservación del medio ambiente favoreciendo la reutilización de los materiales aptos para dotar a los envases de una segunda vida y reduciendo la cantidad de residuos perjudiciales para el entorno natural.
Al igual que en las ciudades donde se ha optado por contar con este pionero sistema para fomentar el reciclaje y la separación de residuos, en España Ecoembes terminará de implementar las máquinas de reciclaje en lugares de gran afluencia, como estaciones de metro o centros comerciales. En ellas, todo aquel que lo desee podrá depositar los envases utilizados y, a cambio, conseguirá puntos canjeables por premios.
Algunas de las recompensas confirmadas incluyen descuentos para abonos transporte o códigos promocionales para utilizar servicios de transporte sostenibles, además de poder ganar una bicicleta eléctrica. También se podrá optar por incluir la cuantía total en proyectos de recompensa colectiva, como ONGs o proyectos sociales para mejorar algunas de las zonas más descuidadas de las ciudades y fomentar el desarrollo de zonas verdes y planes municipales de habitabilidad en las zonas con menos recursos.
El primer paso: descargarse ‘Reciclos’
Acorde a los tiempos que corren, todo el proceso se gestionará desde nuestro smartphone. Lo primero que debemos hacer es autorizar a la app Reciclos a utilizar la cámara de nuestro dispositivo para poder escanear los códigos de barras de las botellas que vayamos a tirar al contenedor amarillo. Una vez depositadas, debemos escanear el código QR implementado en el contenedor automatizado para obtener, de manera automática, monedas Reciclos con los que poder conseguir recompensas en forma de crédito para descontar de nuestro título de transporte, o incluso optar a premios de envergadura –el primero confirmado ha sido una bicicleta eléctrica, aunque es probable que vayan introduciéndose otros productos con el paso del tiempo y una vez haya habido un feedback positivo cuando se complete su implementación.
El sistema de recompensas va mucho más allá de simplemente premiar una buena acción ciudadana: fomenta el seguimiento de cada pieza de plástico depositada en contenedores de residuos, convirtiendo a cada envase en una pieza única rastreable con la misión de recuperarla y reutilizarla para reducir la producción de plásticos y, por ende, la liberación de residuos al medio ambiente.
Cataluña, la primera en experimentar el cambio
En 2019, Ecoembes decidió empezar los programas de inclusión de estos contenedores inteligentes para comprobar hasta qué punto se podía reproducir en nuestro país el apabullante éxito que habían tenido estas máquinas en otros países europeos. La tendencia positiva se reprodujo también aquí: solo en Sant Boi, uno de los primeros municipios en contar con puntos de reciclaje automatizados, la acumulación de latas y botellas recicladas aumentó casi un 14% en comparación con el año anterior.
Sus habitantes consiguieron, además de aplicar sus respectivos descuentos en billetes de autobús y tren, donar 1.500 € a Médicos Sin Fronteras y 2.000 € a la campaña ‘Cap nen sense joguina’. Durante la crisis motivada por la irrupción de la COVID-19 estos contenedores digitales también ayudaron a paliar las consecuencias de la pandemia: se acumularon recompensas en forma de donaciones por un valor máximo de 2.000 € para el Colegio de Médicos de Barcelona, gracias a lo cual se apoyó la financiación de proyectos de investigación y se formalizó la compra de material sanitario para afrontar correctamente la atención sanitaria en los hospitales.
También se ejecutaron tareas de mantenimiento en las zonas arboladas del municipio para mantener en forma sus zonas verdes. Por tanto, y teniendo en cuenta el balance tan positivo que tuvo su implementación, se optó por ampliar la instalación de estos puntos de devolución a cinco comunidades autónomas, contando actualmente con estos enclaves digitales de devolución y recompensa Catalunya, Aragón, Balears, Madrid, Murcia y La Rioja.
Objetivo: 2021
Durante la recta final de este 2020 se afronta la fase 2 de este proyecto, que contempla la instalación de más de un centenar de estas máquinas en enclaves estratégicos y zonas masificadas y de fácil acceso. El objetivo no es otro que el de consolidar la tendencia al alza de cantidad de residuos plásticos reutilizados y expandir este efecto beneficioso a todo el territorio nacional con la llegada de la fase final, que prevé la expansión de este modelo de recompensas en la gran mayoría de comunidades autónomas para la segunda mitad de 2021.
Desde la Asociación de Bebidas Refrescantes ANFABRA y la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB) se incide en la importancia de “abanderar iniciativas que hagan evolucionar el actual modelo de reciclaje”, además de confirmar el éxito de este modelo de recogida de residuos por boca de su director, Mauricio García de Quevedo, quien asegura que “con el sistema de devolución y recompensa Reciclos estamos consiguiente ese acelerón tan necesario en un momento en el que la protección del medio ambiente se ha consolidado como un objetivo irrenunciable de toda la industria”.
Y es que la UE, que cuenta con la legislación sobre residuos más ambiciosa del mundo, plantea objetivos a corto y medio plazo de obligado cumplimiento para todos los países de la Unión: en 2025 los Estados miembros deberán reciclar más del 55% del total de sus residuos municipales y al menos el 65% de todos los envases, estableciendo además un objetivo de recogida selectiva de residuos que, en el caso de las botellas de plástico, debe alcanzar el 77% en menos de cinco años.